lunes, 21 de mayo de 2018

¿Por qué no saben a nada los tomates del supermercado?

Es la pregunta que también se hicieron un grupo internacional de investigadores por lo que analizaron química y genéticamente 398 variedades de tomate para descubrir qué componentes son los que determinan el gusto de los tomates de producción no industrial y que todavía conservan el sabor original.
Los investigadores descubrieron 13 compuestos químicos y qué marcadores genéticos influyen en el sabor.
El profesor Antonio Granell que ha participado en la investigación como parte del CSIC declaraba “En el tomate, los azúcares y los ácidos activan los receptores gustativos, mientras que los compuestos volátiles, esenciales para el buen sabor, estimulan los olfativos” y es que en el sabor que percibimos además de lo que percibimos a través de las papilas gustativas influyen el olfato y la vista.
Una vez descubiertos éstos componentes desaparecidos, la idea es utilizarlos para implementar los avances realizados en las variedades comercializadas actualmente y que sobretodo iban encaminadas a mantener el color y el tamaño.
Aunque Antonio Granell destaca que “no todo es genética. También hay ciertas prácticas agrícolas que van en contra de su sabor. Si se abona mucho o se riega mucho, el tomate crece pero pierde su sabor”.

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